Friday, January 9, 2009

Ted Danson


Tenemos veinte anos para salvar o destruir el Océano, aseguran los ejecutivos de “Oceana”, una organización ambientalista dedicada al mar que tiene entre sus miembros a la top model Amber Valleta y al actor Ted Danson, y que mantiene oficinas en Estados Unidos, España y Chile, entre otros países. Pocas horas antes de una gala dedicada a llamar la atención sobre los peligros de la polución marina, Danson, uno de los directores de la organización, recibió a Cosas en una suite del “Parker Meridian” en Nueva York para hablar sobre el mar, los peligros de la pesca indiscriminada y el rol de las celebridades en causas como esta.

El actor, de 58 anos, es un verdadero icono “pop” en Estados Unidos gracias a su rol de “Sam Malone”, el adorable y mujeriego ‘bartender” en la serie “Cheers”. Pero su fama va mucho mas allá. Aparte de películas como “Cousins” con Isabella Rosellini, “Tres Hombres y un Biberón” con Tom Selleck, y una reciente aparición en “Our Fathers”, una película de “Showtime” sobre los abusos sexuales de la Iglesia Católica en Boston, Danson es bien conocido por la pasión de sus ideas y su influencia política. Junto a su mujer, la actriz Mary Steenburgen, fueron frecuentes anfitriones de los Clinton en Martha’s Vineyard durante su presidencia y su disgusto con las políticas de la administración de George W. Bush están bien documentadas. Sin embargo, este sigue siendo- a diferencia de Arnold Schwarzenegger o Warren Beatty- un actor sin pretensiones de ocupar el salón Oval. “Me encanta lo que hago”, dijo durante esta entrevista, “y mi voz de actor, emocional como es, no serviría para la política tradicional”.

En persona, Danson se ve exactamente como lo que es: una estrella de Hollywood. Su pelo blanco es abundante y perfectamente cortado, sus ojos azules- donde se adivinan lentes de contacto- brillan con una intensidad casi cinematográfica, y sus dientes son tan blancos e inmaculados que pareciera que este hombre no ha probado un cigarrillo o una taza de café en su vida. Además, a pesar de la edad, se mantiene atlético y en forma. “No culpo a aquellos que dicen ‘!Otro actor hablando de política!’. ¿Por que deberían escuchar al bartender de ‘Cheers’ en estos temas?”- concede- “Pero a ellos les digo, no me escuchen. Visiten el sitio web de Oceana, vean la labor que estamos haciendo y saquen sus propias conclusiones”.

-¿Cómo llegaste a involucrarte con Oceana?
-Hace 17 o 18 anos atrás, cuando mis niños tenían tres o cuatro anos, vivíamos en Santa Mónica, California. Un día íbamos caminando por la playa y había un letrero que decía “No nadar, aguas contaminadas”. Ellos me preguntaron porque no podían banarse en ese precioso océano y no supe que decirles. Me contacte con un abogado de temas ambientales llamado Robert Zelznick, y comenzamos una organización que se llamo “American Oceans”, junto con abogados y científicos. Era una organización pequeña, pero muy exitosa y respetada. Hace cuatro anos se creo Oceana como una organización internacional, que es la única manera de resolver los problemas que tienen que ver con el mar. Las dos organizaciones se unieron, y ahora formo parte de su directorio. Es una causa muy cercana a mi corazón, y me encanta estar junto a personas inteligentes que saben que están haciendo en este campo.

-¿Por que el océano?
-Creo que la razón es mas bien emocional, y por lo tanto me cuesta explicarla. Crecí en Arizona, mi padre era arqueólogo y director del Museo local, por lo cual siempre tuvimos una clara idea de la importancia de lo que la tierra y la historia nos había dado. Su trabajo era cuidar lo que nos había sido heredado. Vivíamos en el desierto, y por lo mismo cada viaje al mar era simplemente mágico. Cuando comencé a ganar dinero- mucho dinero durante mis anos en “Cheers”- me di cuenta que esos recursos podían tener un efecto positivo.

-Dinero y fama…
-Por supuesto, mi fama también fue un elemento importante. Cuando uno recibe tanta atención, es muy difícil absorberla sin que te vuelva loco, pero si la reflejas en temas que te interesan puedes conseguir que algunas cosas cambien. Aparte de la belleza y el misterio del Océano, lo que me gusta es que es una metáfora, un espejo de lo que hacemos en la tierra. Nuestra vida tóxica, nuestros químicos, lo que botamos en los baños o la cocina, todo termina en el mar. Por eso, si uno estudia el agua en las zonas costeras, encontrara la salud de nuestro estilo de vida. Todo lo malo que hacemos, termina ahí, y eso tiene un profundo impacto en los pescados que comemos, el mar en que nadamos, y la naturaleza que nos rodea. En Estados Unidos se refleja en las pesqueras y el turismo, pero en el tercer mundo tiene un impacto desastroso. La proteína que esos países necesitan para sobrevivir viene del mar, y esa forma indiscriminada de pescar, el poco cuidado que tenemos con las aguas, ahora se ha vuelto contra nosotros en una forma tan catastrófica que, si no cambiamos nuestra actitud en los próximos anos, ya no tendremos el estilo de vida y la alimentación que conocemos. El 90 por ciento de los peces grandes, como el Atún, el Mero o el Pez Espada, ha desaparecido en un cincuenta por ciento desde que yo nací.

-Las estadísticas de Oceana dicen que solo quedan veinte anos para salvar o destruir completamente el Océano. ¿Es realmente tan poco el tiempo que tenemos?
-Sí, así es, y en gran parte esto se debe a las nuevas técnicas de pesca. La pesca de arrastre es una practica muy sofisticada que básicamente destruye todo el fondo del océano. Las redes arrastran toda la flora, fauna y hasta las rocas del fondo del mar, y convierten el coral en desperdicio. Es como si arrancaran de cuajo todo un bosque. Destruyen el hábitat de la vida marina y los peces pequeños no crecen jamas. Con este método están destruyendo una área que es tres veces el tamaño de Estados Unidos. Es enorme. Una de nuestras campanas pretende congelar las áreas donde están trabajando, es decir que no puedan extender la pesca de arrastre a nuevas zonas. En la costa de California, hoy existe una gigantesca área que es intocable y, según nos dicen los científicos, es muy probable que esa zona se recupere. Los efectos de esta pesca son claros. Cuando uno come “Fish & Chips” ni siquiera come congrio, sino un pescado “junk”. El famoso “Chilean Sea Bass”, tan popular en Europa y Estados Unidos, es una mezcla de cualquier pez que puedan cazar, porque el verdadero “Chilean Sea Bass” esta casi extinguido.

-¿Compartes las criticas que hacen a las políticas ambientalistas del Presidente Bush?
-Sí, pero antes de contestar quiero dejar claro que esta organización no es partidista. La actual administración norteamericana es la peor de los últimos cincuenta o sesenta anos cuando se trata del ambiente. No quieren establecer ninguna regulación. Su filosofía es “no pongamos reglas, déjenme ganar dinero como siempre lo he hecho”. Puede que tengan razón en el sentido que las regulaciones costarían dinero, pero si uno da a las empresas un cheque en blanco y deja que se ellas preocupen del problema, no lo van a hacer. Los que contaminan nunca limpian. Lo que me molesta es esa actitud de “macho” de algunos empresarios y políticos, que digan “soy de Texas, déjenme hacer mis negocios tranquilo”. Eso no puede ser, porque todo lo que tu o yo hagamos tiene un impacto en la vida de otras personas. Sin embargo trabajamos con los republicanos y con la actual administración, porque si no lo hiciéramos estaríamos en problemas.

-Como organización, ¿Trabajan también con las pesqueras?
-Sí, porque seria imposible tener éxito si no trabajáramos con las empresas no solo pesqueras, sino de petróleo, energía, etc…Ellos han aprendido que ayudar a mantener el ambiente es una buena política económica y una excelente herramienta de relaciones publicas. Gran parte del éxito que hemos tenido el ultimo ano se debe a que los pescadores han coincidido con nosotros en la necesidad de mantener ciertas zonas marítimas sin tocar. Esa es otra razón por la que estamos en Santiago y en Madrid, por ejemplo, porque nuestra labor no puede hacerse si no es en forma internacional y colaborando directamente, en terreno, con la gente que trabaja en el mar. Los pescadores chilenos y españoles están de nuestro lado, porque han pescado durante siglos en el mar y saben lo que esta sucediendo. Las “fishing factories”, esos enormes barcos donde no solo se pesca, sino que se produce, se congela y se embala, tienen otra actitud. Hay tres o cuatro enormes corporaciones que están terminando con el Océano.

-¿Cuál fue tu impresión de tu ultimo viaje a Chile?
-Fuimos a San Antonio, y lo que vi me pareció dulce, hermoso y al mismo tiempo muy triste, porque según las estadísticas el ochenta por ciento de la pesca en Chile se hace a través de pescadores artesanales, y el veinte por ciento restante a través de grandes empresas. Sin embargo, ese veinte por ciento atrapa el ochenta por ciento de la pesca. No hay ningún balance. Hay que pensar que cada pequeño bote artesanal representa la vida de aproximadamente treinta personas, partiendo por el pescador; su mujer, que teje las redes; los vendedores de pescado en la caleta, etc…Cada bote es una mini-empresa. Los grandes barcos ni siquiera son chilenos, sino que cambian su bandera dependiendo de las aguas que estén navegando. Igual como ocurre en Estados Unidos, hay muchos políticos chilenos que están comprometidos con estas grandes empresas pesqueras y, por lo mismo, es muy difícil cambiar las políticas

-Ustedes han sido muy críticos del gobierno chileno…
-Sí, pero también trabajamos con ellos y durante nuestra visita a Chile nos reunimos con varios senadores. Oceana ha introducido el cuidado del mar como tema al gobierno y los políticos chilenos.

-¿Que tan conscientes les pareció que estaban los chilenos sobre este tema?
-Quienes trabajan en el mar están muy conscientes. Y si uno le pregunta a la gente en la calle, ellos también se dan cuenta que el pescado que están consumiendo es cada vez más pequeño y hay algunas especies que ahora son imposibles de encontrar. Chile, además, tiene muchos cultivos de Salmón, y el problema con eso es que se necesitan cuatro libras de pescado natural para alimentar una libra de pescado de cultivo.

-También visitaste la reserva natural de Douglas Tompkins…
-Lamentablemente volé al sur y tuve que regresar enseguida, porque estaba trabajando.
-Como concepto, ¿Te parece positivo que personas como él, que tienen el dinero y el poder necesarios, adquieran grandes extensiones de tierra para cuidarlas?
-No tengo suficiente información para dar una respuesta, pero si puedo decir que si hay alguien en Chile que quiera venir a ayudar al gobierno y cuidar el ambiente, es muy bienvenido.

-¿Has pensado en participar activamente en política?
-No. Por mi trabajo con Oceana estoy rodeado de personas que trabajan en la ley o la ciencia, pero mi voz, como actor, es mucho más emocional. Siento que mi voz no es la adecuada para la política y lo odiaría…Además me encanta mi trabajo, me gusta actuar y si participo en política, prefiero hacerlo a través de una organización como Oceana que me parece muy efectiva.

-¿Piensas que las celebridades, con toda la atención que reciben, tienen la obligación de adoptar una posición política o una causa?
-No lo sé. Creo que depende de lo que cada actor o celebridad se sienta cómodo haciendo. Yo y mi mujer tenemos cuatro niños; yo tengo 57 anos, y se supone que alguien como yo se preocupe del mundo que lo rodea. Debería estar preocupado del ambiente, porque es el lugar donde mis hijos están creciendo. Mas que como celebridad, como adulto estoy en el momento de mi vida en que debería ser más reflexivo y preocupado. Para bien o para mal, vivimos en una sociedad donde los famosos siempre tienen cámaras y micrófonos frente a ellos, y me gusta la idea de usarlas para transmitir algún mensaje que me preocupe.

Cosas, 2005
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