Wednesday, June 17, 2009

Isabel Toledo


Hay algo de injusticia en toda la atención que Isabel Toledo ha recibido en las últimas semanas, después de que Michelle Obama, la flamante nueva Primera Dama de Estados Unidos, eligiera uno de sus diseños para acompañar a su marido en su ceremonia de inauguración presidencial. Ese conjunto de vestido y tapado en encaje de lana suizo color ‘lemongrass’- admirado por muchos, criticado por algunos- fue la puerta de entrada de Michelle al mundo de la moda americana, donde ha sido recibida con tanto entusiasmo como esperanza.
“Su elección (de guardarropa) proyecta una actitud mas moderna, simple y clara, rechazando la ridícula idea de que la única forma que una Primera Dama puede vestirse es con ese detestable uniforme de la Casa Blanca, un traje anónimo, cuadrado, que siempre se las ha arreglado para parecer tan atractivo y cómodo como una armadora’, escribió Anna Wintour en la edición de Marzo de “Vogue”, que lleva a Michelle en su portada, “En cambio, aquí tenemos a una mujer que está feliz con diseñadores nuevos y menos obvios, como Jason Wu o Isabel Toledo…es inspirador ver a una Primera Dama tan serena y segura en su estilo personal”.
Para Isabel, este ha sido el trampolín a la fama internacional, y es ahí, justamente, donde está la injusticia, porque muchos asumen que su éxito ha sido de la noche a la mañana y que hasta ahora su nombre era total y absolutamente desconocido.
Gran error.
En mas de dos décadas de trabajo, esta diseñadora cubano- americana ha ganado una merecida reputación como una de las creadoras mas interesantes, creativas y cerebrales de la moda americana, una ‘diseñadora de diseñadores” con colecciones a la venta en algunas de las tiendas mas exclusivas de Estados Unidos, Europa y Asia, incluyendo Barneys y Bergdorf Goodman en Manhattan y Dover Street Market en Londres. En el camino, ha ganado mas premios de los que es posible recordar. El mas reciente fue el galardón que el año pasado le entregó el “Couture Council”, una ocasión que ella celebró junto a su marido, el célebre ilustrador y artista Rubén Toledo, con un cocktail en el loft que ambos comparten en la esquina de la calle 28 y Broadway.
El lugar es una cueva de Ali-Babá para cualquiera interesado en la moda, un laberinto de bocetos, telas, esculturas, objetos y dibujos. Dividido en dos pisos, el primero es un amplio y luminoso espacio abierto, bohemio, adorablemente desordenado, donde Rubén pinta y dibuja todo el día; el segundo, en cambio, es un taller blanco e inmaculado, perfectamente organizado, donde Isabel crea sus diseños.
Desde ahí, Isabel habló hace un tiempo de su trabajo, su carrera, su inspiración y, por supuesto, de su matrimonio, ampliamente considerado como “ideal” por cualquiera que conozca a la pareja. Aunque esta conversación tuvo lugar mucho antes de su colaboración con la actual Primera Dama, es poco probable que las cosas hayan realmente cambiado desde entonces. Isabel, como esas actrices que reciben finalmente un Oscar después de años arrancando aplausos en los críticos pero no en la masa, sabe, a estas alturas, que el carácter, estilo e individualidad- y no la fama efímera- son las herramientas de un verdadero diseñador.

-¿Cuáles dirías que son tus influencias en lo que a estilo se refiere?
-Mi estética se formó por dos polos opuestos, que son mis padres. Mi padre siempre tuvo una elegancia severa, fue un verdadero minimalista. Mi madre, en cambio, adora todo lo que sea “de moda”, y sabe apreciar la frivolidad y la constante contradicción de la moda. Su actitud es barroca. Su familia estaba en el negocio de los zapatos, y me acuerdo haberla escuchado decir ‘Nací en una caja de zapatos’. Ella siente que eso le da el derecho divino a tener la mayor cantidad de zapatos que sea posible.
-¿Cuáles eran tus ídolos cuando niña?
-Mis primeras influencias son las del cine, por supuesto. Admiraba lo mejor de la cultura pop, Katherine Hepburn, Bette Davis, Barbara Stanwick y otros, incluyendo a Eleanor Roosevelt y Ray Eames. Diría que siempre me atrajeron las mujeres fuertes, independientes, con sentido del humor. Eso tiene que ver también con mi visión de la elegancia, un tema mucho mas complejo y que no le debe nada a la moda. Ser elegante es ser verdadero, un elemento de gracia que nos da la vida.
-¿Dónde naciste, Isabel?
-En Camajuani, Las Villas, en Cuba. Mi árbol familiar es muy rico. En total, mi familia tiene aproximadamente 120 miembros. Vine a Estados Unidos con mis padres y mis dos hermanas menores cuando tenia ocho años.
-¿Cuál es tu característica mas cubana?
-Mi cuerpo- dice riendo-. Siempre digo que no soy muy cubana, pero supongo que lo soy, porque si me miras queda clarísimo que es de ahí de donde vengo. Creo, sin embargo, que mis sensibilidades no son muy cubanas, aunque no se exactamente qué significa eso. Quizás soy tan cubana que no soy siquiera capaz de darme cuenta.
-¿Volviste alguna vez a Cuba?
-Oh, my God! Volví una vez, para el milenium. Fue un shock. Me sentí muy triste; fue muy difícil, porque te das cuenta de lo mucho que tienen que luchar, aunque no te lo digan. Tengo una familia enorme, a algunos les ha ido muy bien y a otros no tanto, pero no te dicen nada. Y lo entiendo; después de 50 años es difícil reconocer que se ha cometido un error.
-¿Te sentiste como extranjera?
-Si, y creo que me hicieron sentir así. No fui realmente aceptada como cubana, no se por qué. Fui con mi hermana y ella tuvo una experiencia totalmente distinta. Se sintió cómoda desde el primer momento. Yo no pude, quizás estaba demasiado encerrada en mis propios recuerdos.
-No has montado un “fashion show” desde hace muchos años…
-Es verdad. Lo que hago ahora es presentar mi colección para los “buyers” durante la fashion week. Vienen de Paris, Japón, América…desafortunadamente veo muy pocos estilistas, porque no presto mucha ropa. Mi empresa no es muy grande y es increíble como estropean la ropa.
¿Nunca te atrajo ser una diseñadora masiva?
-Si, claro que si.
-Alguna vez dijiste que te gustaría ser como Hermés…
-así es. Pero Hermés es del porte de una almendra comparada con Louis Vuitton. Incluso al nivel de Hermés, seguiría siendo una empresa pequeña. Lo que sí me gustaría seria trabajar para otra casa, de modo de mantener mi propia línea.
-¿Y con que casa elegirías trabajar?
-Buena pregunta. Tomaría Chanel. He estado en consideración para muchas líneas: Vuitton, Celine, Loewe, pero, interesante, siempre eligen un hombre. Tengo la sensación de que todavía piensan que una mujer se dedicaría a tener hijos y dejaría de trabajar. Es increíble, pero es la misma mentalidad antigua de siempre. No se dan cuenta que las mujeres queremos trabajar. Para mi, mi trabajo es un estilo de vida.
-¿Tienes muchos clientes latinos?
-Los tengo, pero no muchos. No creo que mi trabajo sea muy ‘latino’ en el sentido mas obvio de la palabra. Quizás lo mas latino que tiene sea su misterio, algo que está presente en el mas sencillo de mis vestidos.
-Tu vives, trabajas y pasas todo el tiempo con Rubén. ¿te resulta difícil a veces?
-No, no podría imaginarlo de otro modo. El y yo estamos en una constante conversación, es un diálogo que te hace vivir todo dos veces. Muchas veces compartimos una sensación, sin siquiera decir una palabra. Quizás no todo el mundo está dispuesto a tener la intimidad que Rubén y yo tenemos, pero para mi es algo muy enriquecedor.
-¿Qué cosas admiras de él?
-Rubén es la persona mas paciente que conozco, y como yo no lo soy, lo admiro profundamente por eso. también admiro su talento, que es una increíble inspiración para mi.
-Ustedes se conocen desde que eran niños…
-Si, pero no fuimos novios hasta que nos graduamos del colegio. Éramos muy buenos amigos. El dice que se enamoró de mi desde que me vio, y que de inmediato dijo ‘esta es la mujer con que me voy a casar’. ¡Por eso admiro tanto su paciencia! Rubén es muy especial, un gran artista. Es también muy misterioso, no conozco ni la mitad de las cosas que pasan por su cabeza, pero eso es lo que mantiene viva nuestra relación. Con él no estoy nunca aburrida. Estoy segura que hay muchos secretos entre nosotros, y quizás las cosas que no sé de él son las que me atraen.

-¿La mayoría de tus amigos vienen del mundo de la moda?
-Yo me muevo en muchos mundos diferentes, y quizás porque estoy casada no necesito estar permanentemente rodeada de gente. Aunque suene tonto, al final del día vuelvo a mi casa y cocino para mi marido. Conozco mucha gente en este negocio porque he estado en él por mucho tiempo, pero nunca me he sentido parte de un grupo determinado. Siempre he sido una solitaria, me gusta estar en mi propia liga.
-¿Te sientes mas cerca del mundo del arte?
-El mundo del arte me gusta mucho mas, pero Rubén, por supuesto, prefiere el de la moda. Me siento mucho mas cómoda conversando con artistas que con diseñadores.
-¿Y Rubén es todo lo contrario?
-Oh, a él le encanta la ‘fashion people’. La encuentra mas animada, y para su arte, para su pintura, eso es mas atractivo. A mi el idioma entre artistas me parece mas poético y menos gráfico, no están tan sometidos a una tendencia. Además los artistas viven en su pequeño mundo, y eso me parece muy curioso, muy peculiar. Es un poco mas oscuro, y eso me gusta.

Mark Vanderloo


“Seamos honestos, hay tipos mucho mas guapos que yo”, dice Mark Vanderloo sentado en el lounge del Hotel Four Seasons en Nueva York mientras bebe un “latte”, sin prestar ninguna atención a las miradas que inevitablemente caen sobre él.
Si hay hombres mas guapos que Vaderloo, no están en el Four Seasons este día. Tampoco están en la calle 57, donde se levanta la torre del hotel. Y quizás tampoco están en ningún otro lugar en Nueva York, porque no importa donde busque, de Harlem a Battery Park, es poco probable que encuentre un rostro mas atractivo que el de este hombre que durante los últimos 16 años ha sido considerado el mas grande y exitoso “supermodel” masculino del planeta.
“Es todo cosa de suerte y trabajo duro”, asegura él, modesto, sin darse la molestia de mencionar los intensos ojos azules, el pelo rubio cuidadosamente descuidado que cada cierto rato case sobre su cara, y el cuerpo que a los 41 años todavía luce delgado y musculoso como el de un adolescente. Las pequeñas arrugas alrededor de sus ojos y las marcas de expresión en su boca, no hacen mas que darle mas intensidad a una cara que, como dijo el fotógrafo Bruce Webber en una ocasión, “nació para ser fotografiada’.
Vanderloo estuvo de paso en Manhattan para promocionar “DKNY Men”, el nuevo perfume masculino de Donna Karan, una marca y una diseñadora con la que el modelo holandés tiene una larga historia.
Donna fue la primera en ofrecerle un gran contrato, en 1993, para que se convirtiera en el rostro oficial de DKNY, y fue entonces, en la sesión de fotos para la campaña, cuando el modelo conoció a Esther Cañadas, la top model española célebre por sus ojos de gata y su magnifica boca pulposa. Estas dos bellezas se vieron y se enamoraron ahí mismo, frente a las cámaras, y todo el romance y posterior matrimonio pareció tan perfecto, tan oportuno, tan comercialmente ideal, que incluso hubo rumores de que había sido parte de su contrato con DKNY.
Después de cuatro años casados, la pareja se divorció el 2003 en medio de uno de esos alborotos periodísticos que cada cierto tiempo sacuden al mundo de la moda, y Vanderloo, que para entonces ya llevaba una década de carrera, decidió bajar el ritmo y disminuir su visibilidad por un tiempo.
Comenzó a pasar largas temporadas en Ibiza, se casó con la actriz holandesa Robine van der Meer y tuvo dos hijos que hoy tienen cinco y tres años.
Ahora, con la nueva campaña, su rostro vuelve a estar estampado en afiches, billboards y revistas por toda la ciudad. Y a pesar del tiempo, sigue provocando los mismos efectos.
Aunque a primera vista elegir un rostro holandés para promover el mas neoyorkino de los perfumes podría parecer algo raro, para Vanderloo tiene perfecto sentido.
“Esta es una fragancia muy energética, igual que yo, que no soporto pasar mucho tiempo en el mismo lugar. Por eso me gusta tanto Nueva York, porque aquí nadie se queda sentado esperando que la vida le pase por delante. La ciudad ha cambiado muchísimo desde la primera vez que vine. No hay otro sitio que cambie tanto y tan rápido, y eso es parte de DKNY y de mí mismo. Yo siento constantemente esa comezón en el trasero que me impide quedarme sentado en un solo lugar”.
-¿Cuándo conociste a Donan Karan?
-Cuando llegué a Nueva York a hacer la campaña en 1993. La sesión de fotos fue en los Hamptons, donde Donna tiene una casa, y nos invitó a todos una noche a cenar. Es una mujer muy humana, muy espiritual, y muy sensible a la energía de los demás.
-Esa campaña fue muy importante para ti…
-Importantísima. Fue mi primera gran campaña, y probablemente mi carrera habría sido muy distinta si no la hubiera conseguido. Además fue ahí donde conocí a mi primera mujer; nos casamos y por un tiempo sentimos que estábamos viviendo el sueño americano. Y de pronto todo terminó, nos divorciamos y fue un desastre. Para mi fue un periodo muy malo y quedé pésimo después del episodio. Ahí fue donde comencé a buscar mas conexión con la naturaleza y me fui a Ibiza.
-¿Por qué Ibiza?
-En un principio pensé en Miami y después en las Bahamas, pero había pasado muchas vacaciones en Ibiza y es un lugar que siempre me encantó. Es muy tranquilo, con una naturaleza muy salvaje y que tiene además el encanto de la cultura española.
-¿Extrañas vivir en Nueva York?
-Paso mucho tiempo aquí, y cada vez que vuelvo siento que regreso a mi casa. Pero nunca estoy demasiado tiempo en ningún sitio. Este mes estuve tres días en Paris, un par de días en Ámsterdam, ahora tres días aquí en Manhattan…
-¿No te cuesta crear raíces con tanto viaje?
-Es que crear raíces no me interesa. Eso hace que mi vida sea mas fácil, porque siento que mi hogar está donde yo estoy. Hubo un par de ocasiones en que traté de llevar una vida mas ordenada- especialmente ahora, que tengo hijos que deben ir al colegio-, pero no es lo mío. Prefiero estar en constante movimiento.
-¿Qué pasa con los amigos, la familia?
-Tengo amigos en todas partes, y mi familia también está repartida. Mi madre y mi abuela viven en Portugal, mi padre en Bélgica, mi tío en Ámsterdam…
-¿Y tus hijos?
-También en Ámsterdam…Llegaron a una edad en que tienen que ir al colegio, pero en lo personal no puedo conformarme con la idea de instalarme ahí.
-¿Esa necesidad de estar en constante movimiento es efecto de tu carrera en la moda?
-Siempre fui así. Es una energía que no puedo detener.

-¿Y siempre quisiste ser modelo?
-Nunca soñé con ser modelo. Entré a la Universidad con la idea de conseguir después un contrato en una gran empresa internacional que me mandara a Singapur, Africa o cualquier sitio exótico…Una novia que tenia por entonces me llevó a una agencia de modelos y ahí me encontré con todos estos tipos que venían llegando de Paris o Milán, o iban partiendo a Los Ángeles o Miami. Y mientras tanto ahí estaba yo, encerrado en una sala de clases. Si mi gol era viajar y ser libre, ¿Qué estaba haciendo en la universidad?.
-¿Cómo recuerdas los comienzos de tu carrera?
-El modelaje es un negocio muy duro, donde no puedes tomar nada en forma personal porque si no terminas destruido. Estás enfrentando rechazo en forma permanente, pero hay que aceptarlo, levantarse y seguir adelante. Tienes que hacer el mejor trabajo posible y confiar en tu suerte. Yo lo hice durante muchos años porque lo estaba pasando bien y viajando constantemente. No me arrepiento para nada, porque es una carrera que te da enormes satisfacciones.
-¿A qué atribuyes tu éxito?
-¡A DKNY!- dice riendo- Tuve la suerte de partir con una campaña muy buena y muy visible. Fue como encontrar el manto sagrado.
-Llevas 16 años de carrera. ¿Piensas seguir por mucho mas?
- ¿Quién sabe? El 96 le dije a mi agente que me retiraba. Le escribí una carta que te puedo mostrar…
-¿Por qué querías retirarte?
-Estaba hastiado, muy cansado. Le dije que hasta ahí no mas llegaba, que al día siguiente tomaría un avión y regresaría a Europa. Estaba exhausto.
-¿Y que hizo él?
-Leyó la carta y la puso de vuelta en mi bolso. Después cambié de opinión, obviamente. Pude dormir 52 horas seguidas y eso me dio una nueva energía y limpió mi cabeza. En 52 horas desperté solo tres veces, tomé una taza de sopa y seguí durmiendo. Había estado trabajando mucho en tres años, viajando sin parar, acarreando jet- lags…Pero era lo que quería hacer, porque cada oportunidad que se me presentaba era mejor que la anterior y no quería desperdiciarlas. De pronto sentí como si alguien me hubiera desenchufado; perdí toda la energía. sentí que ese estilo de vida me estaba matando.
-¿Todavía sientes a veces esa hambre, esa ambición?
-Con los años he aprendido que uno no tiene por qué correr todo el tiempo. Puedes ir a la velocidad que desees en cualquier momento. Ya no siento la necesidad de presionarme a mí mismo, ni tampoco tengo las presiones exteriores que alguna vez tuve.
-¿Qué presiones?
-Mi primer matrimonio (con Esther Cañadas) fue difícil y nuestro divorcio peor. Ella era española, estábamos en España, todo el mundo conocía nuestra historia…A mi me tocó el lado mas corto de la cuerda y todo el mundo se enteró. Me sentí observado todo el tiempo, y tuve que parar un poco porque de otro modo me iba a volver loco. No era lo que tenia planeado para mi vida.
-¿Nunca te interesó la fama?
-No, para nada. Soy una persona bastante tímida y no me gusta llamar la atención. Cuando estoy trabajando no es problema, porque es lo que hago. Pero en general no algo que disfrute.
-¿Qué haces cuando no estas modelando?
-Cuando vivía en Nueva York comencé a comprar departamentos, remodelarlos y luego venderlos. Es un trabajo que me encanta, porque tengo el control sobre todos los aspectos. En la moda, en cambio, hay siempre alguien controlándome. Hace un tiempo compré una casa en Ibiza, luego otra mas, y otra, hasta que formé una pequeña compañía con un amigo que ahora incluye también restaurantes y el futuro, quizás, un pequeño hotel. Cuando joven trabajé en muchos bares, y siempre pensé que seria fantástico tener uno propio.
-¿Tu mujer también participa en estos proyectos?
-No, no…es demasiada locura. No trabajo con diseñadores ni arquitectos, lo hago todo yo, así que el proyecto existe durante largo tiempo solo en mi cabeza. A veces estoy en cama pensando en algo que estoy construyendo, o en la decoración de tal o cual habitación, pero como no tengo nada que mostrar no le puedo pedir su opinión.
-¿Nunca te interesó la actuación, como a tantos modelos?
-Si. De hecho tomé algunos cursos en la Universidad de Columbia, pero me di cuenta que seria un largo camino. Estaba demasiado comprometido con el modelaje en ese momento y no quise dejar todo de lado para concentrarme en otra cosa. Para ser actor necesitas talento y mucho trabajo. No es como ganarse la lotería. Como todo en la vida, exige sacrificios y en ese momento no estaba listo para hacerlos.

Cosas, 2009

Hilary Rhoda


“Sigo siendo la misma, no he cambiado”, dice la top model Hilary Rhoda sentada en una magnifica suite del London Hotel en Manhattan con el Central Park lanzado a sus pies como una alfombra verde 40 pisos mas abajo, una publicista a su izquierda, una relacionadora pública a su derecha, y una larga fila de periodistas esperando su turno para preguntarle “Hilary, ¿Cómo te mantienes en forma?”, “Hilary, ¿Qué perfume usas?, ¿Qué haces en tu tiempo libre? , ¿Cuáles son tus sueños?, ¿Qué comes? , ¿Qué lees?, ¿Que escuchas?...”.
Hay sin embargo preguntas que jamás llegaran a sus oídos, como si tiene o no novio o si haber estudiado en un colegio católico solo para niñas le produce conflictos cuando posa en bikini para Victoria’s Secret. Como ocurre con tantas celebridades por estos días, los encargados de Hilary exigen un cuestionario previo a cualquier periodista interesado en hablar con ella y, antes de que la modelo siquiera diga “Hello”, advierten que “no habrá preguntas personales y que lo mejor, por ahora, será concentrarse en la relación entre Hilary y Esteé Lauder”, la anfitriona de este encuentro.

Este no es un tema menor en la carrera de esta modelo que, con apenas 22 años, parece haber alcanzado las máximas alturas celestiales de modelandia. ¿Desfiles para Valentino, Balenciaga y Dolce & Gabbana? Hecho. ¿Campañas para Abercrombie & Fitch y Victoria’s Secret? Hecho. ¿Portada de Vogue?, ¿Portada de Sports Illustrated? Hecho, hecho. Y en la cúspide de todas estas hazañas está su contrato con Esteé Lauder, una de esas negociaciones multimillonarias con las que sueñan todas sus colegas y que ahora la tiene convertida en una de las modelos mas ricas, famosas y reconocibles del planeta. Por estos días, sus ojos delicadamente azules y su pelo oscuro adornan miles de revistas y millones de afiches y billboards de Tokio a Lima.
En persona, Hilary es tan deslumbrante como en las fotografías. una ganadora de la lotería genética con un metro 80 de altura, piernas tan largas como un poste telefónico y uno de esos rostros que podrían haber sido arrancados de una pintura de Botticelli.
Como tantas modelos antes que ella, dice que en el colegio fue siempre la mas alta, las mas delgada, la de los enormes pies y los frenillos, y que hasta que firmó con una agencia de modelos a los 17 años, jamás se consideró bonita.
-¿Y ahora?
-Todos tenemos días buenos y malos. Hay días en que te sientes mal contigo misma, no quieres salir ni ver a nadie.
-¿Hay algo que te gustaría cambiar de tu aspecto?
-Creo que me gustaría ser mas ingeniosa. Tengo amigas que son muy rápidas y divertidas, y yo no tengo ese talento. Me encantaría ser un poco mas como ellas.

Es poco probable que sus amigas, por muy ingeniosas que sean, estén ganando casi $3 millones de dólares al año, aparezcan en el lugar número doce de las 20 modelos mejor pagadas del mundo según la revista “Forbes”, reemplacen a Angelina Jolie como rostro de la marca St. John, o estén fotografiando campañas para el perfume “Sensuous” de Esteé Lauder junto a Carolyn Murphy, Elizabeth Hurley y Gwyneth Paltrow.
Ya sabemos, cada uno tiene su talento.
Pero, siguiendo las indicaciones de la publicista, olvidémonos de asuntos personales y concentrémonos en la relación de Hilary y la marca.
-¿Qué puedes decirnos de tu relación con Esteé Lauder?, preguntamos entonces, obedientes.
-Esteé Lauder ha sido parte de mi vida por largo tiempo, porque mi madre y mi abuela han usado siempre sus productos y crecí con ellos. Cuando empecé a modelar, hice una sesión de prueba para ellos, el resultado fue positivo y me ofrecieron un contrato. Es una relación perfecta. Desde la adolescencia siempre me gustó jugar con mi pelo y maquillarme, era mi pasatiempo favorito.

Hilary creció en Maryland y, como mencionamos antes, estudió en un severo colegio católico para niñas. De ahí, supone uno, vienen sus perfectos modales, su voz dócil y amable, y su incomodidad al
hablar sobre temas conflictivos.
-¿Hay algo que profesionalmente no harías, aunque haya mucho dinero y fama involucrados?
El silencio en la suite puede cortarse con un cuchillo, con la publicista y la relacionadora publica bien atentas a la respuesta de la modelo.
-Bueno- dice ella finalmente-….creo que no haría, eehhh, algo como, mmm, …desnudos.
-¿Qué opinas de la cirugía plástica?- salta de pronto una periodista sudafricana que también se encuentra en la sala, aprovechando este momento de confesiones.
Hilary sonríe nerviosa y alcanza a decir algo como “no he pensado al respeto, soy demasiado joven”, cuando su publicista sale al rescate recordando a los presentes que ese tipo de preguntas no vienen al caso.
-Tu has conseguido mucho en muy poco tiempo. ¿Cuánto se debe a tu belleza y cuanto a tu voluntad?
-Mucho tiene que con tu personalidad y la forma en que tratas a las otras personas. Cuando una viaja para filmaciones o sesiones de fotos debe pasar mucho tiempo con el fotógrafo y el equipo de producción, y nadie quiere tener a su lado a una modelo con mala actitud.
-Aparte de eso, ¿Tienes una estrategia definida para llevar adelante tu carrera o es mas bien cuestión de suerte?
-Tengo una gran agencia, IMG, y mi madre es mi manager. Ella trabajó durante mucho tiempo en IBM y tiene una mente muy lógica, muy buena para los negocios. Desde un principio nos sentamos y creamos un plan y una estrategia que ha dado muy buenos resultados. Siempre estamos hablando de lo que viene, de lo que queremos hacer en el futuro, porque aunque he logrado muchas cosas en este corto tiempo, cada vez que llegas a una meta ya quieres la siguiente. Eso es lo que me mantiene motivada.
-No siempre es fácil trabajar con la madre…
-No es mi caso. Ella y yo tenemos una relación muy cercana en lo familiar y lo profesional.
-¿Tus padres te apoyaron desde un principio en tu decisión de dedicarte al modelaje?
-Si. Mi madre fue la encargada de concertar constantemente entrevistas con las agencias, porque, sobre todo al principio, es necesario recordarles que estás ahí, disponible, dispuesta a trabajar.
-¿Cuáles crees que son los mayores mitos respecto a las modelos?
-Mucha gente piensa que somos frívolas y no tenemos personalidad, pero eso no es verdad. Especialmente ahora, que muchas modelos están mostrando su carácter y carisma haciendo notas para programas de televisión. Eso es algo muy inspirador y demuestra que las modelos de hoy tienen algunas características de las famosas modelos de los noventas.
-¿Las modelos de los noventas tuvieron muy mala reputación…-dice de pronto la periodista sudafricana.
-¿Mala reputación?- contesta Hilary confundida.
-Si, por ser difíciles, prima donnas, materialistas… ¿Cómo crees que son percibidas las modelos de tu generación?
-No tenia idea que tenían mala reputación…Creo que mi generación esta siendo percibida como una de chicas trabajadoras. Las que son famosas, lo son por las razones correctas; porque son profesionales y hacen bien su trabajo.
-¿Cómo fue trabajar con Liz Hurley, Gwyneth Paltrow y Carolyn Murphy en la campaña de “Sensuous”?- preguntamos- ¿Cómo fue tu relación con ellas en el set?
-Conocí a Liz y Carolyn en mi primera sesión fotográfica para Esteé Lauder, y las dos fueron muy dulces conmigo. Carolyn es una gran modelo, la admiro mucho y fue fantástico trabajar con ellos.
-¿Te intimidó trabajar con ellas?
-Obviamente las había visto muchas veces en otras campañas, pero no me sentí intimidada en ningún momento. Aprendí muchísimo de ellas.
-¿Cómo qué?
-Son mujeres fuertes, muy sólidas. Son madres, profesionales exitosas, ayudan a muchas causas y están haciendo siempre algo distinto, que es lo que espero hacer yo cuando sea mayor.
-Hablando de edad. ¿Te gustaría seguir modelando a los 60 y tantos, como hace Lauren Hutton por ejemplo?
-Conocí a Lauren un par de veces y me parece una mujer increíble, muy interesante. Admiro muchísimo su carrera y su fuerte personalidad. Me gusta también que cada cierto tiempo toma tiempo libre para hacer las cosas que la apasionan…
-Entonces no estas pensando hacer esto solo por un tiempo y después dedicarte a otra cosa…
-Amo lo que hago. ¿Por qué querría hacer otra cosa?

Cosas, 2009