Tuesday, February 3, 2009

Elsa Pataky


Mezcla el encanto de Julia Roberts, el sex-appeal de Cameron Díaz y la pesada fama que carga Lindsay Lohan a todas partes, y tendrás una idea del lugar que Elsa Pataky ocupa en el corazón de los españoles. En un país donde la celebridad se devora como un festín, esta bellísima actriz de pelo color miel y ojos intensamente azules es el plato favorito de Algeciras a Gijón, un dudoso estatus que ha aumentado considerablemente desde que, hace casi dos años, se convirtió en la novia oficial del actor Adrien Brody.

Pero tanta fama, como sucede a menudo, tiene también sus desventajas. “Algunos directores me han confesado que me tenían catalogada como chica de revista”, confesó Elsa hace poco en una entrevista con “El País”, “ Sé que mucha gente lo piensa y eso me parte el corazón”.

Pues bien, las cosas posiblemente cambiarán en un futuro próximo cuando se estrenen sus dos nuevos proyectos cinematográficos, “Máncora’, un drama dirigido por el peruano Ricardo de Montreuil que fue recibido con halagos y aplausos en el festival de Sundance, y “Santos”, una cinta de ciencia ficción del chileno Nicolás López donde la actriz interpreta a “la chica viento’. Son dos roles diametralmente opuestos, que, espera Elsa, demostrarán su rango dramático y le permitirán dejar atrás ese huracán de fotos de paparazzi, sospechas de cirugía plástica, chismes sentimentales, desnudos robados a la distancia y frivolidades varias que en España lleva el irónico nombre de “revistas del corazón”.

“Mi rol en ‘Máncora’ es muy distinto a aquellos en que la gente está acostumbrada a verme. Aquí no hago de niña guapa en absoluto. Todo lo contrario, estoy al natural todo el tiempo, mas gordita, mas real”.
La relación de Elsa con su propia belleza ha sido siempre ambigua.

“Tendría unos 12 años cuando los chicos empezaron a dejarme notitas diciéndome que era muy mona, que estaban locos por mí”, contó en una ocasión, “ Y me lo creí, me puse chulita, me crecí. Pero mis amigas me pusieron en mi sitio. Me dejaron de lado, completamente sola. Fue muy duro, me di cuenta de que gustar es agradable, pero hay otras cosas mucho más importantes. Aprendí la lección”.

Aun en medio de una sesión de fotos como la que acompaña esta entrevista, mientras un maquillador retoca sus labios, una peluquera convierte su melena en perfectamente descuidados rizos, y dos estilistas buscan la ropa perfecta para cubrir- o descubrir- sus admirables curvas, Elsa mantiene una adorable espontaneidad y sencillez. De diva no hay un rastro. En cambio, se sienta frente al espejo y mientras un pequeño ejército se lanza a la inútil tarea de hacerla aun mas bonita, ella habla de la vida en la casa de campo que mantiene con Brody al norte de Nueva York.

“Trato de pasar la mayor cantidad de tiempo ahí, porque es un escape a este mundo de locura, de viajes, aviones, moda…Me gusta desconectarme de vez en cuando”, dice, “ahí me pongo las botas de campo, una camiseta, unos shorts y así me lo paso todo los días. Me encantan los animales, tengo cabritas pequeñas, gallinas y acaban de regalarme un caballo para mi cumpleaños”.

-¿Qué nombre le pusiste?
-‘Tyson’, porque le han mordido una oreja- dice riendo-. La gente me pregunta si acaso no me da miedo estar tan aislada, pero no me da miedo en absoluto. La soledad nunca me ha asustado. La verdad es que soy una mujer de muy pocos miedos.

-¿Encuentras soledad alguna vez en España o en Los Angeles?
-Muy poca. Mi carrera ha sido toda en España y ahí soy mucho mas conocida que en Los Angeles, donde puedo disfrutar de mas anonimato. En España hay siempre un paparazzi siguiéndome los pasos. Ahí la prensa es mucho mas feroz que en Estados Unidos…

-¿A qué lo atribuyes?
-Quizás la gente es mas curiosa, les encanta saber de la vida de los demás. Es una situación que ha ido en aumento, ahora mas revistas de famosos que de cultura o moda…

-¿Te producen curiosidad? ¿Lees lo que se escribe de ti?
-No, y saber que aparezco en ellas todo el tiempo me produce rechazo. Les digo a mis amigas, ‘ ¿Pero que haces tú leyendo eso?’, y ellas me dicen que las encuentran divertidas. ¡No son divertidas! Son horrorosas…Algunas están bien, porque, como hacían las antiguas, tratan de exaltar el glamour de las estrellas. Pero la mayoría trata de destruir tu imagen lo mas posible. Al principio me enfadaba, pero al final te acostumbras a que inventen historias ridículas sobre tí.

-¿Eso ha hecho que la gente tenga una imagen distorsionada de ti?
-Completamente distorsionada. La gente me ve en las revistas como una mujer siempre maquillada, vestida como princesa en alguna fiesta o première, cuando en realidad soy todo lo contrario. El mantener una imagen y estar siempre perfecta por si aparece un fotógrafo a la vuelta de la esquina, me parece una prisión. Si me fotografiaran en el campo, como soy de verdad, pensarían que me vuelto loca.

-Tu has dicho que la imagen de niña sexy que diste en un principio ha afectado tu carrera. ¿Te arrepientes?
-No, no me arrepiento, Tenia dos alternativas; o aprovechaba los papeles de chica guapa que me ofrecían por mi físico, o me quedaba sentada esperando a que llegara el papel de mi vida. Preferí tomar lo que me estaban ofreciendo y aprender mi oficio en el camino. Yo nunca he aparecido porque sí en las revistas, ha sido siempre para promocionar mi trabajo como actriz. Lo que pasa es que a veces tenia un papel muy pequeño, pero las revistas decidían dedicarme su portada. Eso hizo que me hiciera mucho mas conocida por las portadas que por mis películas.

- En ese sentido, ¿estas contenta de que los años vayan pasado y tu físico vaya quedando en segundo plano?
-Si. Vas madurando y es mas difícil que la gente te vea solo como una chica bonita. Creo que han comenzado a darse cuenta que este trabajo es muy duro, muy solo y acarrea muchos problemas. Cuando comienzan a enterarse de todas las puertas que se te han cerrado, todos los castings y audiciones donde te han dicho que no, de la cantidad de veces que has tenido que partir de cero, te ven de otra manera.

-Tu eras una estrella en España cuando decidiste comenzar todo de nuevo en Estados Unidos el 2003. ¿Por qué tomaste ese riesgo?
-Siempre me han gustado los retos. Me gusta luchar y no dejarme llevar por los éxitos que pueda haber tenido. Me interesaba aprender otros idiomas y probar en un mercado distinto, donde no estuviera encasillada como ocurría en España.
-El éxito de Penélope Cruz y Javier Bardem ha hecho que sea un buen momento para ser actor español en Hollywood…
-Así es. Ellos han demostrado que los españoles son grandes actores y que se puede confiar en ellos. Mi problema es que no tengo el físico que muchos esperan de una latina y no doy el tipo mediterráneo de Penélope. Cuando me enviaban a audiciones de roles latinos, los productores se reían…

-Mientras tu estás haciendo carrera en Hollywood, tu novio está en España, encarnando a un ícono español como el torero “Manolete’. ¿Se han ayudado mutuamente?
-Si, es una situación muy rara. Cuando nos conocimos, él ya estaba rodando “Manolete” y se había preparado muchísimo. Pero yo lo ayudé a descubrir muchos aspectos de lo que significa ser latino. El me ayuda a la hora de las audiciones, porque los españoles a veces nos dejamos llevar por nuestra pasión y eso no es lo que Hollywood está buscando. El me frena un poco, y yo le doy la pasión latina. Adrien es un gran actor y lo admiro muchísimo; me aconseja mas que yo a él, pero al final de cuentas los dos somos actores. Es muy duro conmigo, de hecho, pero es la única persona que tiene la confianza para decirme la verdad. Los demás me dicen ‘genial, genial’. El jamás me dice que estoy genial. Es muy duro y exigente con su trabajo, y exige lo mismo de los demás.

-Has dicho que la relación funciona porque él es distinto a la mayoría de los americanos, mas europeo. ¿Qué quieres decir con eso?
-A mi me gustan muchas cosas de Estados Unidos que no tenemos en Europa y viceversa, pero nuestra sensibilidad es distinta. Adrien ha tenido una educación europea, principalmente por su madre, que es Húngara, una fantástica fotógrafo que ha viajado mucho y que le ha dado una educación muy especial a su familia. Mi abuela también es Húngara, mi madre es Rumana, y creo que eso nos une.

-¿Cómo se las han arreglado para mantener cierta privacidad?
-Es difícil, porque aunque no hablemos, siguen publicando artículos y fotografías de nosotros. Creo que lo mejor es hablar de la relación en la forma mas natural posible sin meterse nunca en lo privado. Yo entiendo la curiosidad, pero pongo límites porque es mi vida privada y, como a todo el mundo, me gusta mantenerla privada.

-Acabas de estrenar en Europa “Giallo”, donde apareces junto a Adrien. ¿Cómo fue trabajar juntos?
-Estuvo muy bien, y sabia que seria así porque tenemos una forma de trabajar muy similar. Pero tampoco teníamos tantas secuencias juntos…La película es un thriller de horror de Dario Argento, y fue un papel muy duro porque mi personaje es torturado de principio a el fin.

-¿Es Adrien el que te tortura?
-Nooo…El es el detective que me salva. El quiso participar en la película y la produjo justamente porque quería estar ahí, para protegerme.


Ocean Drive Espanol, 2008

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