Monday, January 12, 2009

Patricia Field


“A veces los directores dicen que soy una diva, y les dijo, ‘No me ofendas; no soy una diva. Soy una mujer que trabaja muy duro. Estoy tratando de darte lo mejor que puedo, y si no lo quieres, allá tú”. Con el pelo inflamado de rojo, la piel aceitunada y un guardarropa lleno de faldas gitanas, pañuelos, sandalias y miles de brazaletes, Patricia Field es la María Callas de la moda. Igual de temperamental e igual de talentosa. Aunque lleva casi treinta años como reina de la moda “downtown” en Manhattan, su nombre no se hizo internacionalmente conocido hasta que comenzó a vestir a Sarah Jessica Parker en tutús y Manolo Blahniks en “Sex & The City”, convirtiendo a esa serie en “la máxima autoridad en el mundo del fashion” como exclamaron, admiradas, las editoras de moda.

Ahora Patricia vuelve al ataque en “El Diablo se Viste de Prada”, la película que se estrenó hace unas semanas en Estados Unidos y que se ha convertido rápidamente en la nueva Biblia cinematográfica de los “fashionistas”. En el filme- basado en el best seller de Lauren Weisberger del mismo nombre- Meryl Streep y Ann Hathaway aparecen como una poderosa editora de modas, Miranda Priestley, y su asistente, Andy Sachs, ambas enfrascadas en una lucha de poder y egos mientras arrastran joyas de Fred Leighton, pieles de Fendi y Dennis Basso, vestidos de Dolce & Gabbana, Calvin Klein, Michael Kors y Bill Blass, y, por supuesto, un centenar de carteras y zapatos de Prada. Este no es cualquier guardarropa. Los precios de algunas carteras se elevan a los 14 mil dólares, y todos los días Miranda lanza sobre el escritorio de su aterrada subordinada suficientes zorros, chinchillas y minks como para provocar el colapso de cualquier defensor de los animales.

La Field, según dice, disfrutó enormemente su trabajo, aunque le resultó más difícil de lo que esperaba. El libro de Weisberger, basado en su experiencia de un año como asistente de Anna Wintour, editora en jefe de “Vogue”, fue ampliamente considerado una “traición” en el mundo de la moda y las revistas en Nueva York. Y como sabe cualquiera a estas alturas, las traiciones no le caen bien a esta mujer que ejerce su poder con la mano férrea de un dictador. Muchos diseñadores, aterrados de herir la sensibilidad de la poderosa editora, se negaron a colaborar con la producción de la película, pero la estilista entiende bien sus razones. “Anna ha ayudado a muchos de estos diseñadores, y, por supuesto, ellos no querían ofenderla”. Sin embargo, gracias a sus contactos, Patricia consiguió que marcas como Hermès, Dior, Chanel y especialmente Prada, entregaran gustosos sus modelos. Valentino fue aún mas allá, y aparece en un divertido “cameo” en el filme.

Aunque su éxito podría parecer del día a la mañana, la Field es bien conocida en el universo fashion de Manhattan. La diseñadora y estilista abrió su primera tienda, “The House of Field”, en 1976 a un costado de la Universidad de Nueva York, en el West Village. De inmediato el lugar- repleto de T-shirts de los “Sex Pistols”, faldas punk, pantalones de vinyl, pieles vintage, boas de plumas, pelucas multicolores y ‘lingerie’ de strass- se convirtió en el favorito de una multitud de modelos, disco-divas, travestis, fashionistas y más de alguna socialite que, en busca de aventura y creación, llegaban a buscar ahí lo que no podían encontrar en ningún otro lugar.

La originalidad es la marca de fábrica de la Field, y no importa si está trabajando con una novicia starlet o un icono como la Streep, si tiene a su mano diamantes de Van Cleef o una cartera usada de los cincuenta, su “look” es siempre único y reconocible. Su trabajo continuará en los meses siguientes, cuando vista a las protagonistas de la versión norteamericana de “Betty La Fea”, de la serie de ABC “Six Degrees”, y a Sarah Michelle Gellar en la versión cinematográfica del best seller "The Girls' Guide to Hunting and Fishing".

>
-¿Qué te ha parecido “El Diablo se Viste de Prada”?
-Me gustó mucho. La vi terminada en mi cabeza antes de verla en la pantalla, y no quedé desilusionada. La ropa se ve bien, y creo que es un éxito en el sentido que eleva la moda, la historia y especialmente los personajes, que en el libro original eran un poco simplistas. En la película están mejor desarrollados.

-¿Crees que la imagen que muestra del mundo de la moda es acertada?
-No, no lo es. Pero no estábamos filmando un documental. En lo personal, estaba tratando de crear un filme que se viera bien y que fuera alegre e interesante. Mi inspiración fue “Desayuno en Tiffany’s”. Holy Golightly era una chica pobre del campo, y ahí estaba, frente a la vitrina de Tiffany’s en un vestido de Givenchy.

-¿Decidiste usar marcas muy conocidas, como Chanel, Prada o Valentino, para hacer la película más interesante para personas que no están necesariamente interesadas en la moda?
-Traté de crear una película para un público amplio, no solo para “fashionistas”. Además, el guión dictó mucho el aspecto de los personajes. ¿Qué encuentra Andy, la asistente, cuando entra al closet de “Runaway”? Las marcas más conocidas del mundo. No quería que fuera un closet solo para “insiders". La mayoría de la gente no sabe quién es Proenza Schouler, por ejemplo…!La mayor parte ni siquiera sabe quién es Anna Wintour!

-¿Cómo creaste el “look” de Miranda?
-Pensé en el personaje, y llegué a la conclusión de que era la líder de un imperio editorial. Desde el momento en que piensas en la palabra imperio, piensas en una emperatriz. Para mí, ella es realeza, y Meryl Streep es realeza también en su propio campo. Es una mujer que trabaja, y por lo mismo no tenia sentido vestirla en lo más nuevo de la temporada. Miranda tiene su propio estilo, donde mezcla una chaqueta con pedrería, una perfecta blusa blanca y una falda a rayas con absoluta seguridad e individualidad.

-¿Cómo fue vestir a Meryl Streep, que a diferencia de Sarah Jessica Parker no es talla 2?
-No tuve ningún problema. No quise vestirla en las últimas tendencias, ni muy a la moda, ni como se vestiría una modelo muerta de hambre. Ella no es eso. Es una mujer mayor, madura, e incluso si tuviera talla 2, ese ‘look’ no era el apropiado. El personaje de Miranda tenia que ser elegante, con ropa muy lujosa, y no en lo último de Dolce & Gabbana o Dior. Miranda tiene acceso a todo, y por lo mismo no se deja sorprender con lo “trendy”.

-¿Te inspiraste en el “look” de editoras de moda reales?
-No. Primero porque no hay ninguna editora que pueda compararse con Meryl Streep. ¿Quién podría ser? No se me ocurre nadie. Segundo, si me hubiera inspirado en Anna Wintour, por ejemplo, habría sido una limitación a mi creatividad. Prefiero tomar a Meryl y convertirla en una estrella de la industria de la moda mundial. ¿Cómo se vería? ¿Cómo eligiria su guardarropa? Así fue como creé el “look”.

-¿Meryl tuvo influencia en el aspecto de su personaje?
-Ella tiene una persona que trabaja en su maquillaje y peinado que la acompaña a todas partes. Cuando me reuní con ellos por primera vez, me dijeron que pensaban que el pelo blanco y un maquillaje muy pálido eran una buena idea. Y eso me encantó, porque me daba una tela blanca donde trabajar.

-¿La decisión de mantenerte lejos del “look” de Anna Wintour fue deliberada?
-Sí. La película entera se alejó de ella, excepto por la decoración de la oficina de Miranda, que es una copia exacta de la de Anna. Nunca he estado en su oficina, así que cuando vi la que construyeron en el set de la película me pareció bonita y adecuada. Pero después vi un articulo sobre ella en un periódico inglés donde posaba en su oficina. Era igual que la de la película. Eso me desilusionó.

-¿Has conocido a la Wintour?
-No, nunca. La he visto en desfiles de moda y fiestas, pero nunca la he conocido.

-¿Qué opinas de su estilo?
-Me parece básico, con un toque de esnobismo.

-¿Hubo diseñadores que no quisieron colaborar con la película por miedo a Anna Wintour?
-Hubo algunos que sintieron que el asunto era delicado y supongo que Anna ejerció ahí alguna presión. Algunos de esos diseñadores son mis amigos, salimos a menudo a comer juntos, y no era mi intención presionarlos. Si sentí que los estaba incomodando, simplemente nos les pedí nada. No iba a decirles, ‘!Si no me das ropa, arruinaré tu carrera!’.

-¿No es un poco exagerado ese terror frente a Anna Wintour?
-Siempre lo he encontrado un poco estúpido. Todos hacemos lo que hacemos, trabajamos duro y eso es todo. Por otro lado, la controversia ayudó mucho a publicitar la película y no la afectó negativamente en ningún modo.

-¿Hay algo que las editoras de moda tengan en común, respecto a su estilo?
-Lo único que puedo decir es que cada una tiene su propio estilo, lo que es muy importante. Ninguna de ellas usa un uniforme.

-En la película, Miranda usa muchas pieles. ¿Cuál fue la mas cara?
-No lo sé, porque no pagué por esos abrigos y nunca miré los precios. Hay muchos de Dennis Basso, como el primero que aparece en la película, una chinchilla espectacular. Debemos haber filmado unos 20 abrigos de piel, pero no sé cuantos aparecen en la edición final del filme.

-¿Que ‘look’ buscaste para Andy, la asistente de Miranda?
-Ella sufre una gran transformación en la película y después de negarse a la moda, finalmente se da cuenta que la ropa tiene cierta importancia para ella. Por eso se lanza con los brazos abiertos, usando grandes marcas. Chanel tenia mucho interés de trabajar conmigo en este proyecto, lo que fue una suerte porque su estilo tiene mucho que ver con el personaje y con Ann Hathaway, la actriz que lo interpreta. Pero también la vestí con otros diseñadores: Calvin Klein, John Galliano, Dolce & Gabbana…

-Hay una escena donde aparece en Chanel de pies a cabeza…
-Esa fue mi forma de decirles, ¿Quieren Chanel? ¡Aquí está Chanel!.

-¿Es posible cambiar de estilo de un día para otro, como hace Andy?
-Claro que sí. En su caso no se trata solo de la ropa, sino del maquillaje, el peinado…Si uno se siente bien con lo que lleva puesto, se va a ver bien. Y Andy, el personaje, se siente bien con su nuevo “look”.

-¿Se puede comprar el estilo?
-Se puede, pero se necesita la materia prima. Puedes gastar mucho dinero en ropa y accesorios, pero si no tienes estilo propio, no te verás especial.

-Para ti, ¿Cuál es el personaje con más estilo en la película?
-Nigel y Emily, porque aman la moda desde el fondo de su corazón.

-Mientras Sex & The City reverenciaba al mundo de la moda, esta película se ríe un poco de él. ¿Tuviste dudas en aceptar el proyecto?
-Si una no se puede reír de si misma, es mejor meterse a la cama y cubrirse con las frazadas. De lo que estamos hablando no es una religión ni un dogma; es ropa. Dicho eso, la película es distinta al libro en el sentido que trata de entender el mundo de la moda desde dentro y, desde ahí, hace comentarios sobre él. Mi intención nunca fue llegar al set y destruir el mundo de la moda. ¡Es mi mundo! Quiero ayudar a que sea mejor. Creo que esta película va a ser positiva para la moda, igual como lo fue “Sex & The City”.
-¿Qué es más importante para una mujer, verse bonita o única?
-Para mi, “bonita’ no es nada. Una mujer con un estilo único es mucho mas interesante. Lo único es mas original, creativo e inteligente. Lo único no necesariamente es lo mas atractivo, es cierto, pero la belleza no es algo que me interese per sé.

-¿Cuántos diseñadores aparecen en el filme?
-Debe haber unos cien, y en total debemos haber ocupado cerca de un millón de dólares en ropa y accesorios. Mi presupuesto era mínimo, no mas de 100 mil dólares, así que no podríamos haberlo hecho jamás sin la ayuda de mis amigos en la moda. El nivel de los abrigos de piel, de las carteras…!Dios mío!. Los zapatos de gamuza burdeos de Prada que Meryl usa en la primera escena cuestan 445 dólares. La cartera, seis mil dólares…

-¿Quién tiene, a tu modo de ver, el mejor estilo en Hollywood?
-Gwen Stefani, precisamente por lo que hablamos antes. Es única, no se ve como nadie más. Cuando veo a las actrices jóvenes de Hollywood, me parece que todas se ven iguales. Eso no ocurre nunca con Gwen.

-¿Cuál es tu diseñador preferido?
-Me encanta Alber Elbaz, de Lanvin. Sus diseños, aunque son un poco retro, son bellisimos. Me hacen sentir bien, igual que un viejo filme de Hollywood. El fue uno de los que no quiso colaborar con la película, pero lo entendí, porque ha recibido mucha ayuda de Anna Wintour, igual que Zac Posen o Proenza Schouler. ¿Qué iban a hacer?

-¿Cómo te inspiras para tu trabajo?
-Mi estética esta mas influenciada por el cine que por el trabajo de los actuales diseñadores. En mis sueños, el mundo de la moda es mucho mas glamoroso que en la realidad. Me encanta la extravagancia del viejo Hollywood. Me encanta observar a Fred Astaire. ¡Es todo tan hermoso! Por supuesto sé que esa fue otra época, pero siempre voy en esa dirección. Lo que vemos en el cine es una hiper-realidad. Si fuera por mi, estaría poniendo sombreros y guantes en todo el mundo. Algunos directores me frenan. Como sé que me van a pedir que me deshaga de algunas joyas, pongo aun más.

-¿Hay alguna estrella a la que te encantaría vestir?
-Durante un tiempo le dije a todo el mundo que me gustaría vestir a Hillary Clinton, porque creo que podría beneficiarse de mis servicios. Pero nunca escuché una palabra da ella. Quizás ahora, si ve “El Diablo…” y le gusta como se ve Meryl, acepte mi oferta.

Elle Espana, 2006


0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home