Monday, January 12, 2009

Javier Bardem



Javier es una estrella a regañadientes. Mientras Francis Ford Coppola asegura que es mas talentoso que Pacino o Nicholson, el Telegraph de Londres lo llama “el mejor actor de su generación”, “Hola” paga casi 200,000 euros por las fotografías que lo muestran de vacaciones con Penélope Cruz en las Maldivas y en Hollywood su nombre se rumorea, una vez mas, como candidato al Oscar. El, como si nada. Sigue con la misma mirada recia de boxeador; la misma conversación intensa, profunda y pausada; y la misma pasión por su oficio, que hace que sea el gran ausente en medio de ese huracán de comentarios, halagos y prensa que le rodea por estos días..
Ahora, que todo el mundo sueña con la fama y pocos tienen problemas en despojarse de toda dignidad- y en ocasiones de buena parte de su ropa- a cambio de una portada, Bardem muestra un refrescante desdén por la celebridad. No le gusta, no le interesa y siente por ella una genuina desconfianza.

“Yo tengo un gran respeto por la profesión de actor”, dice, “Mis abuelos eran actores. Los padres de mis abuelos también, en una época en que los actores ni siquiera tenían derecho a ser enterrados en un cementerio porque eran considerados putas y maricones. Mi madre es actriz, mi tío también…Pero ese respeto lo pongo en mi trabajo. Cuando no estoy trabajando, voy por la calle y soy un ciudadano mas, no tengo obligación de comportarme como quieren que me comporte. Prefiero perder un espectador que un minuto en la vida”.

Su existencia, asegura, es simple. Vive en un piso en pleno centro de Madrid, en una calle peatonal repleta de gente que le permite cierto anonimato en medio de la multitud. Si alguien le pregunta que hace en su tiempo libre, levanta los hombros, sonríe y dice que lo mismo que todo el mundo- pasear, leer, ver amigos, hacer deporte-, y que su vida no tiene nada de excepcional. Lo que no hace es ver televisión, que le parece “un veneno, una caja tonta”.
“Soy un hombre muy urbano, me gusta recorrer la ciudad, hacer mis cosas”, añade, “Y de vez en cuando me gusta perderme en algún lugar donde nadie me conozca y ese sitio, generalmente, está fuera de España”.
Esos brochazos de normalidad, claro está, son cada vez mas escasos, y él responde a la jaula pequeña de su propia fama con una mezcla de rabia y resignación. “A veces la gente se aproxima cariñosamente, tú dices gracias y sigues tu camino Pero otras, sobre todo en España donde la gente es muy impetuosa, llegan tipos, me cogen el brazo y me dicen ¡Hola Bardem!. Yo les digo que no me hablen, que no me molesten y me dejen en paz. Esa persona, obviamente, nunca más a ir a ver una de mis películas, pero yo he ganado un minuto de mi vida”.

El actor- hijo de la legendaria actriz Pilar Bardem y sobrino del director Juan Antonio Bardem- comenzó a aparecer como extra en peliculas cuando tenia apenas ocho años. En su adolescencia, el rugby y la pintura eran sus verdaderas pasiones. Cuando cumplió 18, alguien le ofreció un par de frases en una pelicula y empezó a tomarse,entonces, la profesión de actor en serio.
Su salto a la fama fue en 1992, cuando apareció como un romántico, violento y algo bruto modelo de ropa interior en la película “Jamón, Jamón” de Bigas Luna. Ahí toreó desnudo, devoró a Penélope Cruz a besos y enfrentó a su rival a golpes con una pata de jamón. El cine español, sin saber qué hacer con semejante ejemplar de virilidad, decidió que había encontrado a un nuevo símbolo sexual, pero Bardem tuvo una opinión diferente, y temiendo ser empaquetado y vendido como un atractivo trozo de carne, se retiró de las cámaras, consiguió trabajo como camarero, y se sentó a esperar a que apareciera un papel adecuado.

Aunque hizo otras películas de por medio, ganando en el camino mas premios de los que es posible recordar, su gran salto a la fama internacional llegó con “Antes que Anochezca”, el filme de Julian Schnabel donde interpretaba al poeta y escritor gay cubano Reynaldo Arenas, un papel que le otorgó el honor de ser el primer español nominado al Oscar.
“Yo pertenezco a ese cinco por ciento de actores que trabajan en el mundo; hay un noventa y cinco por ciento que esta desempleado. Eso ya lo celebro. Trabajar en algo que me gusta y que más encima me paguen, me parece maravilloso. Pero si además tengo el honor de poder esperar por un buen papel, porque no soy millonario pero tengo una casa y eso ya es mucho en España, ¿Por qué no hacerlo? Ya esperé antes, y eso me llena mucho más que hacer cinco películas de corrido”, dijo tiempo despues, mientras promocionaba en Nueva York “Mar Adentro”, la pelicula de Alejandro Amenábar. En ella encarnaba a Ramon Sampedro, el tetrapléjico decidido a poner fin a sus dias que se convirtió, a su pesar, en la bandera de quienes promueven la eutanasia.

El filme obtuvo el Oscar a la mejor pelicula extranjera, consolidó la estatura internacional de Bardem, y desde entonces las largas esperas por buenas oportunidades han desaparecido.
“Hasta ahora siempre había hecho proyectos que me dejaban un espacio de tiempo, y dejaba un año o año y medio entre película y película”- recuerda-, “En los últimos tiempos, sin embargo, solo he tenido un mes de descanso entre proyectos. Era algo que no quería hacer, pero lo hice y me di cuenta que se puede. De pronto te encuentras con papeles que te interesan, que quieres hacer, y si no los haces ahora, ¿Cuándo?”.

A los 38 años, Bardem está acumulando una impresionante lista de créditos que lo ha llevado a trabajar con algunos de los directores mas importantes del mundo, incluyendo a Milos Forman (Los Fantasmas de Goya), Joel y Ethan Cohen (No es País Para Viejos), Mike Newell (El Amor en los Tiempos del Cólera), y Woody Allen (Vicky Cristina Barcelona). Mas adelante vienen Rob Marshall, que según informaciones de presa le dirigirá en la versión cinematográfica del musical “Nine” junto a Penélope Cruz, Sophia Loren, Marion Cotillard y Catherine Zeta- Jones. Por último, Francis Ford Coppola, lo ha escogido para protagonizar “Tetro” con Maribel Verdiú.

Aunque no hay un solo director español en esta lista y todas son películas rodadas en inglés, Bardem sigue considerándose a sí mismo un actor español que, en ocasiones, trabaja en el extranjero.
“Yo escojo mis proyectos siguiendo mi intuición y me da lo mismo si son en Estados Unidos, España u otro lugar. Pero es verdad que últimamente han entrado mas proyectos de afuera que de aquí”, concede, “-Quizás en España consideran que ya estoy mas afuera. Es difícil trabajar en un país donde la producción es limitada, y hay muchos directores españoles con los que me gustaría trabajar pero no he tenido la oportunidad. A mi modo de ver, sin embargo, sigo siendo un actor español que trabaja fuera de España. Lo que hago fuera es lo extraordinario”.


Según dice, rodar con Woody Allen en Barcelona fue una de las experiencias mas ricas de toda su carrera “Tienes unos diálogos extraordinarios que te exigen ritmo, concentración y relajación, porque él es un director que trabaja en tiempo real y no manipula”, explica, añadiendo que el neoyorquino quedó encantado con el equipo de producción español. “Fue un proyecto casi teatral, dirigido por un señor que intenta constantemente que surja algo de verdad y que lo hace en forma muy sutil, con mucho cariño por sus actores. Woody Allen no es un tipo muy extrovertido, pero quiere mucho y respeta muchísimo el trabajo de todos”.

Cuando le preguntan si el filme es comedia o drama, el madrileño no sabe que contestar. “La verdad es que ni yo mismo lo sé”, confiesa, “Todo dependerá de cómo se edite. Hay casos en que ves la película terminada y no tiene nada que ver con la que te habías imaginado, pero esa es la naturaleza de este trabajo. Ha habido películas mías que me han desilusionado, pero no puedo dar nombres, porque seria una falta de educación, ¿No?”.
Es poco probable que “No es país Para Viejos”, la película de los hermanos Cohen, haya dejado el corazón del actor insatisfecho. Recién estrenada en Estados Unidos, el filme, basado en la célebre novela de Cormac McCarthy, es una carrusel de frenética y sangrienta violencia ejecutada a menudo por las enormes, duras y eficaces manos de Bardem.
Como el asesino Antón Chigurh- una máquina de matar con mirada funeraria y un aterrador corte de pelo- el actor ha dejado a los críticos europeos y americanos como cadáveres en el camino, incapaces de imaginar una elogio mas para ofrecer y susurrando a viva voz la palabra mas importante en Hollywood: Oscar.
Pero Bardem, con su acostumbrada despreocupación, parece hacer oídos sordos. “Esa es una batalla que abren los demás y donde uno entra en forma absolutamente involuntaria. Yo no me pongo la armadura, cojo la espada y comienzo a pelear por premios”, dice. “Hago mi trabajo y, como cualquier actor, espero que a la gente le guste y crea en mis personajes. La del Oscar y los demás galardones es una batalla enorme que exige mucho tiempo, mucha energía y que ni siquiera quieres librar. Tiene cosas muy buenas, pero también otras terribles. Está la excesiva propaganda, la sobre exposición, el hablar constantemente de ti mismo, asuntos que no tienen nada que ver con tu trabajo. ¿Qué me pasa? Que esto no va conmigo. Pero al final la energía que se produce es tan fuerte, que terminas metido en la lucha y defendiendo lo tuyo”.
Eso no significa, claro, que no le gustaría estar en Febrero próximo subido en un escenario con una estatuilla en la mano, dando agradecimientos frente a la realeza de Hollywood. “A todos nos gusta que nos aplaudan y que nos digan que hemos hecho un buen trabajo. Pero de ahí a convertir el Oscar en el lazo que cierra y adorna tu trabajo hay una gran distancia. Claro que me gusta que me den premios, pero sino me los dan me da lo mismo. Lo que quiero es seguir trabajando”.

Las comparaciones entre Bardem y Antonio Banderas son inevitables, mas ahora que posiblemente encarnara al romántico Play Boy en “Nine”, un personaje con que el malagueño arrancó aplausos en Broadway. “No estoy tomando ningún relevo a Banderas”, “ asegura menospreciando cualquier rumor de rivalidad, “Tuve el placer de verlo en ese musical y fue fantástico, un maestro en el escenario. Después fui a saludarlo al backstage y me quedé muy impresionado con su energía y su carisma. No sé qué va a pasar con esa película, pero no creo que yo ni cualquiera pueda ocupar el sitio que tiene Antonio. Yo admiro mucho lo que él hizo, porque siendo un actor con una proyección, una importancia y un peso tan grandes en España, cogió las maletas y, sin hablar inglés, se fue a Estados Unidos a hacer carrera”, agrega.
“Eso me parece de una valentía brutal”, continua, “Antonio dio un paso para hacer su carrera internacional que yo no he dado. No soy lo suficientemente valiente. Y además, le tengo mucho agradecimiento, porque gracias a él mucha gente en la industria cinematográfica giró la cabeza y miró hacia España. Banderas ha sido un héroe y nos ha hecho un gran favor a todos los actores que vinimos detrás de él”.
La relación de ambos actores con Hollywood es muy diferente. Mientras Banderas se ha lanzado a sus brazos sin pensárselo dos veces, aprovechando todos sus placeres y cayendo, en ocasiones, en sus trampas, Bardem continua como un amante desconfiado y algo infiel. “Siento mi relación con Hollywood como la relación de una noche.”, dijo hace algun tiempo en Nueva York, “ Si me están ofreciendo una buena diversión, un buen plan, voy y me acuesto con Hollywoood. ¿Qué es un buen plan? Un buen personaje. No me dejo llevar por esa belleza o riqueza artística que todos le suponen a Hollywood. Eso es algo que ha ido decreciendo cada vez más. Es una industria que hace 500 películas al año y sólo 30 son buenas. ¿Qué pasa con las 470 restantes?? Mierdas de películas, que ahora también copan todas las pantallas en Europa. Estados Unidos siempre ha sido muy hábil robando ideas de otras culturas, lo que trae cosas muy buenas, como la creación de una sociedad multi- étnica y plural, pero también otras muy malas como la falta de identidad, la conquista de otros pueblos, etc…Eso también sucede en Hollywood con los talentos y el cine. Dicen ¿Y éste que suena tanto, quién es? Para acá. ¿Cómo ganan a los actores europeos? Con cheques. ¿Cómo el actor se deja ganar? Con dinero. Pero con eso no tengo ningún problema. El día que haya dinero iré a Hollywood, pero todavía no me lo han dado. Aparte del dinero también hay que pensar en otras cosas. ¿Quién es el que se levanta a las seis de la mañana para hacer un personaje? Yo. Y más vale que el personaje me guste, porque si no lo voy a pasar mal, porque tengo respeto hacia mi trabajo y porque después de filmarla durante tres meses hay que pasar otros seis promocionándola. Esa es la lupa que uso para ver la letra pequeña”.

No es dificil adivinar que su resistencia tiene tambien otras razones.
Para un actor en Hollywood, el éxito viene acompañado de fama, y la fama acompañada de prensa. Y esa es una compañia que Bardem nunca ha buscado. Su desprecio por las imperttinencias periodisticas es legendario y solo queda rogar por aquel periodista que tenga la ocurrencia de inmiscuirse en su vida privada. Este es un hombre que puede provocar mil emociones, incluyendo la del miedo.
Aunque no lee lo que se escribe de él, dice que le llega igual y le enfurece. “Hay gente que vende su vida y allá ellos; que enfrenten las consecuencias. Pero hay otros que no lo hacemos y nos meten en el mismo saco. Eso me parece injusto”, asegura, “. Hay una prensa repugnante, la prensa rosa, que debería ir a la cárcel. Es una práctica que esta denostando la profesión del periodista. En España, el informador es un enemigo tenga el sello que tenga. Todo los medios periodísticos están saturados de ese tipo de información, e incluso profesionales muy serios han cedido al poder del rating. Es algo terrible y se ha llegado a niveles absurdos”.

El actor insiste: “Este es un pescado que se muerde la cola y todos somos responsables. Pero los máximos responsables son los directores de los medios, que dicen ‘bueno, quizás esto no es muy ético pero nos trae seis millones de espectadores’. El día que muera alguien, que alguien le clave un hacha a un periodista porque se ha metido en su baño a grabarle como caga, ahí se darán cuenta de los excesos a que hemos llegado. En nombre de la libertad de información se está atropellando la dignidad de las personas”.
Por lo mismo, de su vida privada no habla- algo que se agradece en esta era de tantas confesiones-, y cuando algun reportero insiste en arrancarle intimidades, mueve su atlético cuerpo incómodo en la silla y se escabulle mediante respuestas que no por generales son menos reveladoras.
“Yo trato a las mujeres del mismo modo que trato a los hombres”, dijo hace unas semanas en Estados Unidos promocionando “El Amor en los Tiempos del Colera” Todo depende de qué tipo de persona eres, como te consideres a ti mismo y como te relaciones con la gente. El amor mas difícil es el amor a uno mismo, y dependiendo de cómo te trates, tratarás al resto”.
Punto final. Siguiente pregunta.

Para hablar de política, sin embargo, no acepta mordazas ni autocensura. Este es un hombre que cuando se trata de Irak, Bush o Zapatero dice exactamente lo que piensa y con todas sus letras. Lo hace, asegura, como ciudadano y no como actor. “Me guste o no, tengo una posición pública y eso no es algo que pueda controlar. Las cámaras están siempre ahí para captar lo que digo, y eso es algo que uso a mi favor y con cuidado”, señala, “Mucha gente puede pensar que hago un uso indebido de mi popularidad para hablar y autopromocionarme, pero me da igual. No doy ningún crédito a esas comentarios; me remito a mis derechos como ciudadano”.
La politica como carrera no le interesa. “Cuando te conviertes en político profesional pierdes la ética”, dice sin rodeos, “La política es la constante manipulación de la opinión de una sociedad e incluso de uno mismo, porque para seguir en el poder tienes que cambiar constantemente de posición. Todos quienes han sido seducidos por el poder de la política, pierden un poco la ética y sobre todo el sentido de humanidad. Como ciudadano estoy exento de ese virus y puedo ver la política como debería ser, como una respuesta a una necesidad social. Usted, señor político, trabaja para mí y tiene que hacer lo que yo como ciudadano quiera, no al revés”.


Asi las cosas, Bardem- para alegria de los politicos, supone uno- continuará adelante como actor, desafiando y confundiendo a cualquiera que intente colgarle algun titulo, no importa si es de “actor de carácter”, “macho man”, o “latin lover”.
Un dia uno se encuentra con la fragilidad romántica de Florentino Ariza en “El Amor en los Tiempos del Cólera”, y al siguiente con la frialdad horrorosa de Anton Chirguh en “No es Pais Para Viejos”, ambos con el rostro siempre cambiante del actor.
“En mi trabajo siempre intento buscar cosas que me pongan incómodo. Es una forma de moverme de mi centro, porque, emocionalmente, no me gusta residir siempre en el mismo sitio”, explica Bardem. “ Si te quedas siempre en el mismo lugar no usas las herramientas que tienes como actor. Dependiendo de tu edad y de tu físico, te lanzan como un producto, como un perfume, como un zapato. A mi eso no me gusta, porque si me muestran de una manera nadie va a ser capaz de verme de otra. Mi trabajo como actor es tratar de cubrir la mayor cantidad de identidades posibles”.
Si ese es su trabajo, bravo Bardem, que bien hecho está.

Esquire España, 2007

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home