Saturday, January 10, 2009

Nacho Figueras


Desde hace dos años, cuando New York Magazine puso a Ignacio “Nacho” Figueras en su portada definiéndolo como “El Brad Pitt del Polo”, la fama de este jugador argentino de 27 años no ha dejado de aumentar.
En Bridgehampton o Palm Beach, donde pasa largas temporadas, es tratado con la misma devoción de una estrella del cine o el rock, y en Buenos Aires su rostro es infaltable en las páginas sociales y de moda. “Nacho atrae al polo como ningún otro jugador”, aseguró hace un tiempo el editor social de Hamptons Magazine, R. Couri Hay. “Se ha convertido en el rostro del deporte en los Hamptons”. No sólo eso. Desde hace alguno tiempo Nacho, con sus profundos ojos negros, su aleonada melena oscura y su atlético cuerpo, está convertido en la cara oficial de Ralph Lauren, quizás el más tradicional de los diseñadores americanos, y este otoño aparece como modelo exclusivo para su nuevo perfume, Black. Aunque tiene firmado un contrato con la agencia Ford y está abierto a nuevas campañas, Figueras no se considera “modelo”, sino un deportista dispuesto a usar su atractiva imagen para promover el deporte que tanto ama.
Nacho nació en 25 de Mayo, un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, donde su padre trabajaba como Ingeniero Agrónomo. La fami-lia estaba lejos de ser rica, pero Figueras creció rodeado de caballos y el polo se convirtió desde un principio en una pasión para él. Hoy vive junto a su novia, la ex modelo argentina Delfina Blaquier, y sus dos hijos, Hilario y Aurora, en la exclusiva zona de Pilar, a 45 minutos de Buenos Aires, donde tiene sus establos y se dedica a la crianza de pura sangres. Las admiradoras de Nacho, que no son escasas, tendrán que marcar de negro en sus calendarios el próximo 15 de diciembre. Ese día el polista y Blaquier contraerán finalmente matrimonio en Argentina.
“Empecé a interesarme en el polo a los 10 años”, cuenta Nacho desde Buenos Aires. “Aunque todavía no jugaba, me encantaba como deporte. Además en ese tiempo tenía varios amigos y familiares que sí jugaban y que me ayudaron mucho a apasionarme por el polo”.
- ¿Cuántos caballos tienes?


- Tengo doce en los Estados Unidos y alrededor de cien aquí en Argentina, donde me dedico a la crianza.

- ¿En qué momento de tu carrera te sientes?


- No siento para nada que esté en el top. Creo que me queda mucho más por dar, estoy progresando, soy joven y espero seguir haciendo las cosas mejor cada año.


- ¿Qué características debe tener un gran jugador de polo?


- Lo más importante es la relación con el caballo. Para un jugador es muy importante tener buen feeling a la hora de buscar el caballo adecuado. Eso es lo primero. Si uno no tiene pasión por los caballos, es muy difícil que llegue a ser buen jugador de polo. Después de eso, se necesita obviamente un buen físico y mucha coordinación. Este es un deporte que exige dedicación y constancia.
- ¿Cuántas horas practicas a la semana?


- Estoy casi todo el día con los caballos en la caballe-riza, junto a los herreros y los veterinarios, pero encima del caballo paso aproximadamente tres o cuatro horas diarias.
- ¿Tienes un caballo preferido?


- Uno siempre tiene alguno que le gusta más o menos, pero como jugamos con al menos ocho caballos por partido es muy difícil decir que haya un favorito. Tengo una yegua en Estados Unidos que me encanta, la “Chicago”.

- ¿La relación con el caballo se va dando de a poco o también hay amores a primera vista?


- En general los polistas compran un caballo y van desarrollando una relación de a poco. Mi caso es distinto, porque he criado a muchos de mis caballos. Hay ocasiones en que he jugado con la madre y luego con el hijo, que conocí desde que era potrillito. Es una relación muy especial.

- ¿Por qué hay tantos buenos polistas en Argentina?

- Esa es una pregunta difícil de contestar. Yo creo que es por el alto nivel que tiene el polo argentino. Desde chico aprendes a amar este deporte, y tienes contacto con jugadores y caballos de muy buen nivel. Los argentinos somos muy de caballo, tenemos una cultura ecuestre muy grande, probablemente por la cantidad de caballos que hay en el país. Además, nuestro paisaje se presta para el polo porque hay muchos planos.

- ¿Es un deporte tan elitista como parece?


- No creo. El polo no tiene nada de elitista. Tienes que pensar que los jugadores estamos todo el tiempo en el campo, nos levantamos muy temprano, estamos en contacto con gente más bien humilde… La gente habla del polo y piensa inmediatamente en el príncipe Carlos, pero hay mucho más que eso detrás de este deporte. Es cierto que de pronto vas a jugar a Bridgehampton, donde hay gente muy elegante bebiendo champán, y que en la Copa de Inglaterra aparecen mujeres en sombreros en la carpa V.I.P., pero nosotros, como jugadores, hemos trabajado mucho durante el año para llegar a ese momento. Hemos pasado horas y horas corriendo a caballo, con frío, con lluvia... No se trata sólo de una gran fiesta, y por eso no me parece que sea elitista.
- ¿A qué atribuyes el interés que has despertado en personas que no tienen nada que ver con el deporte?


- Yo creo que es una mezcla de muchas cosas. Por supuesto, está el glamour del polo, que aunque no es elitista, como dije antes, sí es un deporte muy glamoroso...Y el resto no lo sé, no puedo darte una respuesta. Habría que preguntarle a otras personas.


- ¿Los polistas merecen su fama de seductores?


- El hombre arriba del caballo hace que éste sea un deporte muy sexy. El caballo es un animal muy sensual, un atleta impresionante. Creo que esta combinación de hombre y caballo provoca una reacción especial en las mujeres.

- ¿Cómo comenzó tu carrera de modelo?

IF: No me gusta hablar de mi carrera de “modelo”. No tengo nada en contra de los modelos, pero me considero un jugador de polo que hace endorsements, en este caso para Ralph Lauren. No quiero criticar ni ofender a los modelos, pero no me siento parte de esa profesión. Lo que hago es representar a una marca como deportista. Todo comenzó en los Hamptons, donde estaba jugando. A través de un amigo en común conocí a Bruce Weber, que en ese momento estaba fotografiando a Penélope Cruz para la campaña de Ralph. El pensó que sería buena idea que esta actriz latina interactuara con un hombre latino que no necesariamente fuera modelo, sino que hiciera otra cosa. Me eligió y así comenzó mi relación con Ralph.
- ¿Qué dicen tus compañeros de equipo?


- Al principio se reían, se burlaban de mí. Ahora que la cosa va mucho más en serio, ya no se ríen, sino que lo aprecian y lo respetan. Para mí también es una gran responsabilidad, porque me he convertido sin quererlo en una especie de embajador de mi país y mi deporte.


- ¿Te sientes cómodo frente a las cámaras?


- Sí, la verdad es que sí. Supongo que ese también es el secreto del éxito, porque no se trata sólo de mi imagen como hombre o deportista, sino también de la naturalidad con que me comporto frente a las cámaras. Es un trabajo que me divierte y la gente de Ralph Lauren es muy profesional. Después de tanto tiempo somos buenos amigos.


- ¿Participarás en otras campañas?


- Las puertas están siempre abiertas a cualquier proyecto que coincida con mi imagen. Tienes que pensar que soy padre de familia, tengo dos hijos…Por ahora tengo exclusividad con Ralph Lauren en el área de fragancias y de ropa, pero cualquier otra cosa será siempre bienvenida. Estoy dispuesto a lo que sea para hacer del polo un deporte más popular.
- ¿Con tu agenda tan agitada te queda tiempo para la familia?


- La agenda es apretada, pero la vida del polista es diferente a la de un tenista, por ejemplo, que tiene que estar en una ciudad distinta cada semana. El polista se instala en un solo lugar durante varios meses, entonces no es difícil estar con la familia. De enero a abril estamos en Palm Beach, luego volvemos a Argentina en mayo, y julio y agosto lo pasamos en los Hamptons. Mi familia es muy importante para mí, así que trato que estén a mi lado todo el tiempo.
- ¿Delfina no se pone celosa de la atención que recibes de otras mujeres?


- No. “Delfi” ha vivido conmigo este cambio, así que está acostumbrada. Ella es una persona muy comprensiva y nos llevamos muy bien, así que no hay motivos para celos.

- ¿Ella sigue con su carrera de modelo?|


- No. Ahora está dedicada a ser madre y a ayudarme con mis proyectos.

- ¿Estás nervioso con el matrimonio?

IF: Muy contento, pero no nervioso. “Delfi” y yo llevamos ocho años juntos, así que el matrimonio no es más que una formalidad y un momento para compartir con la familia y los amigos. Es algo que teníamos pendiente desde hace tiempo y tengo muchas ganas de que llegue finalmente el día.

Ocean Drive Espanol, Noviembre 2005

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Con la fama de los Argentinos de creidos, pense leeria sobre un hombre que fuera menos realista. Que bello eres por dentro y por fuera! felicitaciones

December 19, 2010 at 1:38 PM  

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